CIUDAD DE MÉXICO, 1980
POR DAVID ESTRADA
Nunca como en marzo de 1980 estuve a punto de conocer personalmente a SHAUN CASSIDY y tener un autógrafo suyo. Desgraciadamente, la mala organización y la histeria espontánea de cientos de sus fans lo hicieron imposible. Esta es la historia, escrita originalmente para mi boletín mensual del HARDY BOYS CLUB, en marzo de 1980.
Desde
el sábado 15 de marzo se había ya señalado el día y el lugar: “SHAUN CASSIDY:
¡EN VIVO!. El ídolo de América estará en persona para darte un autógrafo.
Conócelo y guarda de él un inolvidable recuerdo como éste. ¡No lo olvides! De
5:00 a 6:30 únicamente. Explanada Colima, almacén Durango. EL PALACIO DE
HIERRO”.
Yo
llegué al almacén desde las 11: AM. Me habían dicho en GAMA (la compañía
discográfica) que una dotación del LP “SHAUN LIVE” había sido llevada al
Palacio de Hierro, y yo quería comprarlo antes de que se agotara. Después de
mil ruegos, finalmente pude conseguirlo con la cajera del departamento de
discos, que lo sacó ‘de contrabando’ de la bodega, para vendérmelo de una vez.
Dos amigas del CLUB HARDY BOY (Alma Silvia y Rocío) y yo, nos quedamos de ver a
las 2:PM en punto, para esperar que SHAUN llegara, y así lo hicimos.
Estuvimos
‘matando el tiempo’ viendo discos y revistas hasta las 3:10 PM en que fuimos a
ver cuanta gente había llegado y nuestra sorpresa fue grande pues, a dos horas y media de que llegara SHAUN, las
cuatro primeras filas de sillas ya estaban ocupadas.
Ni
modo, a esperar de una vez. Sería el colmo estar desde temprano y que nos
tocara hasta el final.
El
tiempo corría y pronto, en un angosto local para unas 500 personas, ¡había más
de 1,600!...
Eran
ya las 4:PM, y ni un alfiler cabía en el lugar. Literal. Ante lo grave de la
situación, el gerente del almacén se hizo cargo. La gente empujaba de un lado a
otro. Y el peligro: del lado izquierdo, un enorme cristal de 8 metros de alto amenazaba
con romperse en mil pedazos, si la multitud en algún momento se salía de
control.
Una
cortina metálica ya había cubierto gran parte de los vidrios de los aparadores,
pero una parte, mucho más grande, quedaba al acecho.
Los
empleados de la tienda, del otro lado miraban aterrorizados y quitaban los
objetos de cristal que de su lado estaban.
“¡O
se calman o llamo a los granaderos!”, gritaba desesperado el gerente,
vislumbrando la tragedia que podía ocurrir.
Pero
ni eso era suficiente para contener al gran grupo, predominantemente de
mujeres, que se arremolinaba para poder ver, oír y quizá hasta tocar a su
ídolo.
Más
de cinco veces el gerente amenazó con interrumpir la ansiada presentación. Pero
sus palabras eran ignoradas. Llegaban y llegaban más fans, y el problema
radicaba en que los de afuera querían entrar, mientras que los de adentro,
soportando un calor agobiante, lo único que deseábamos era salir.
De fondo, como película de terror, se escuchaban los acordes de “Da Doo Ron Ron”, interpretada por SHAUN.
“¡Mi
hija!... ¡Mi hija!”, gritaba desesperada una madre.
“¡Mis
piernas!... ¡Mis piernas!”, gritaba de dolor una jovencita a la que más de seis
personas se le dejaron venir encima.
A
los que estábamos en medio del local, nos empezó a invadir el pánico, al ver
como decenas de fans se arrojaban sobre nosotros, empujadas por la multitud.
Sin duda, pensé, vamos a quedar atrapados.
El
terror de verse envuelto por una multitud sin control es indescriptible. Sólo
aquél que lo ha experimentarlo lo puede saber. Angustia, asfixia… y un deseo de
supervivencia que sale de lo más interno de uno mismo.
En
fracciones de segundos se nos ocurrió a un grupo hacer una barricada con las
sillas, para evitar que nos aplastaran. No nos conocíamos, pero el deseo de no
vernos debajo de la multitud pudo más, y reaccionamos a la par.
Estar
atrapado en el interior de un local cerrado, con una pared de un lado, un
enorme ventanal de cristal del otro, y una multitud queriendo pasar sobre de
ti, es aterradora.
Ahí,
muchas fans renunciaron a ver a SHAUN, otras lloraban histéricas, y otras más,
desesperadas por la impotencia, renegaban por la falta de organización.
Todo
parecía indicar que los directivos de El Palacio de Hierro no calcularon bien
la fama de SHAUN CASSIDY.
Por
fin, después de largos minutos de angustia, una falsa alarma: “¡SHAUN está
afuera!”, gritó alguien. Y se hizo el milagro de que todos salieran de una vez.
Eran
ya las 5:30 PM y SHAUN todavía no llegaba.
Al
cuarto para las seis de la tarde, después de porras y gritos, una elegante limusina
negra pasó justo detrás de nosotros, por la calle, para dirigirse
inmediatamente al estacionamiento.
Transcurrieron
unos diez minutos y, por fin, SHAUN apareció a lo alto del almacén.
Acompañado
de su esposa ANN, saludó a la multitud con la mano en alto. Vestía chamarra
negra, pantalón de mezclilla y una camiseta de rayas blancas y rojas. Mi
pequeña cámara fotográfica captó aquellos momentos.
Desde
lo alto, animado por los gritos de la multitud (“¡Te amamos!”, “¡Baja, baja!”,
“¡Papacito!”), SHAUN comenzó a gritar varias frases sueltas en un espaninglish:
“¡Hola!... ¡Las quiero mucho!... ¡Los quiero mucho!... Voy a volver pronto,
pero ahora váyanse con cuidado… ¡I love!”.
Después
de un breve diálogo entre el ídolo arriba, y sus fans abajo, SHUAN se hincó, se
paró, caminó de un lado a otro por la azotea del almacén y hasta firmó un
disco, con la sana envidia de más de alguno de los que observábamos.
Pocas
personas alcanzaron a distinguir a su esposa, pues la mayoría ignoraba que era
casado. Pero eso no importaba, el hecho es que él estaba ahí. El sudor, los
gritos, la angustia y al desesperación vividos minutos atrás habían sido
recompensadas.
Con
un beso arrojado desde lo alto, SHAUN se despidió y se perdió en el interior
del estacionamiento. Imposible ubicarlo. Los directivos de El Palacio de
Hierra, ahora sí, tomaron sus precauciones para no reavivar la histeria.
Al
día siguiente, la prensa nacional informaba: “Alboroto juvenil por ver a SHAUN
CASSIDY. Dos horas bloqueado el tránsito… Hoy se va” (El Universal),
“Admiradoras de SHAUN CASSIDY a punto de morir en los tumultos” (Excélsior).
En
su primera visita a México, SHAUN CASSIDY había despertado la ‘shaunmanía’.
Llegó el sábado 15 de marzo por la tarde. El domingo 16 grabó varios números musicales en el estudio ‘Paco Malgesto’ de Televisa Chapultepec, y por la tarde se presentó en vivo en ‘Siempre en Domingo’ para inaugurar ‘La hora juvenil’. El lunes 17 realizó varias entrevistas para la prensa mexicana por al mañana y acudió a su frustrada firma de autógrafos en El Palacio de Hierro. El martes 18 de marzo partió con rumbo a los Estados Unidos.
Llegó el sábado 15 de marzo por la tarde. El domingo 16 grabó varios números musicales en el estudio ‘Paco Malgesto’ de Televisa Chapultepec, y por la tarde se presentó en vivo en ‘Siempre en Domingo’ para inaugurar ‘La hora juvenil’. El lunes 17 realizó varias entrevistas para la prensa mexicana por al mañana y acudió a su frustrada firma de autógrafos en El Palacio de Hierro. El martes 18 de marzo partió con rumbo a los Estados Unidos.
Esta
es la crónica de una frustrada oportunidad de conocer de cerca de nuestro
ídolo: SHAUN CASSIDY…
Hola David, mi nombre es David Prado y tengo un programa de radio en Reactor 105.7 de nombre LA ERA DEL DINOSAURIO, en mi sección Los Olvidados 70's voy a tocar a Shaun Cassidy por lo que contaré la historia que amablemente compartiste dándote tu crédito respectivo...slds
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